venerdì 15 maggio 2009

ALIANZA PAÍS Y CORREA: PERFECCIONANDO EL APARATO DE ESTADO Y LOS MECANISMO DE CONTROL


Editorial de la Revista ConCiencia Revolucionaria del Movimiento Vientos del Pueblo

ALIANZA PAÍS Y CORREA: PERFECCIONANDO EL APARATO DE ESTADO Y LOS MECANISMO DE CONTROL

El triunfo de la tendencia oficialista en las elecciones del 26 de abril confirma que el gobierno cuenta todavía con un grado de aceptación importante. Para entender este fenómeno es necesario comprender que las elecciones no son más que la forma “civilizada” que tiene la burguesía -entendiendo a ésta como una clase no homogénea- para disputarse entre sí misma el control del aparato político, es decir, el control del Estado. El proyecto de Alianza País no busca sino el afianzamiento de la capa burguesa y pequeño burguesa que representa, su conversión en fracción dirigente de su misma clase y a la vez la relegitimación del Estado capitalista como forma histórica de dominación.

El Estado: Herramienta de dominio de clase

Para analizar las causas, así como el alcance y proyección de la revolución ciudadana, es vital entender el papel del Estado en una sociedad y el carácter que ha adquirido en nuestra formación social específica. El Estado no es lo que los sociólogos y politólogos burgueses quieren que parezca, es decir un ente objetivo, aclasista, ahistórico y neutro que se ubica por encima de la sociedad para regular y organizar la convivencia entre sus miembros. El Estado nace como aparato, con la división de la sociedad en clases, es decir con el esclavismo en la antigüedad, e históricamente ha sido la herramienta que ha utilizado la clase dominante para someter a la mayoría. El Estado no es otra cosa que la violencia organizada de una clase sobre otra para mantener el orden social que garantiza sus privilegios; es una herramienta estructural de dominio ideológico, jurídico, político y militar. Hay que precisar que el Estado capitalista puede adquirir diversas de formas que van desde la dictadura más sangrienta (ver gobierno de Pinochet) hasta formas democráticas más avanzadas (gobierno de Correa), siendo éstas las más peligrosas porque pretenden invisibilizar y esconder las contradicciones de forma cínica e hipócrita, promulgando la participación popular (sufragio) y combinando esto con políticas asistencialistas o medidas, supuestamente, inclusivas.

Posicionamiento del movimiento ciudadano y su llegada al poder

El triunfo del capitalismo del siglo XXI, personificado en Rafael Correa, vino a subsanar y relegitimar el Estado capitalista y su forma de democracia burguesa en nuestro país. El cansancio generalizado del pueblo, el descrédito de las instituciones, fue bien entendido por los intelectuales al servicio de la revolución ciudadana, canalizando esas demandas hacia la conformación de un proyecto político que readecua y moderniza el capitalismo y que además da un baño de frescura y aire de renovación a sus instituciones. Atrás quedaron las demandas populares de “que se vayan todos”, y quienes antes pregonaban ese llamado ahora dicen que estamos viviendo un proceso revolucionario, y el Estado no está en manos de los explotadores, de los oligarcas, de los grupos económicos de poder, sino en manos del propio pueblo. Nada más falso, el Estado ahora lo controla una fracción de los explotadores que disfraza sus acciones proimperialistas y antipopulares con un discurso demagógico y políticas asistencialistas.

El gobierno de Correa constituye un grave peligro porque genera un espejismo de transformación en el imaginario colectivo, además que recompone la creencia de un Estado neutral y benefactor, del Estado como representante de los intereses de todos.

Modernización del aparato de Estado y uso de éste para profundizar el capitalismo:

Las causas del triunfo de Correa y los alcances del proyecto político que representa, hay que analizarlos desde el perfeccionamiento y modernización del aparato de Estado como mecanismo de coerción ideológico, político y militar.

1. Jurídico-Político: Las nuevas leyes y la vigente constitución no hacen más que redefinir y perfeccionar lo jurídico para una modernización del Estado que permita ampliar el sometimiento y generar mecanismos que aseguren la explotación y el nuevo curso que debe tomar el país para servir a los intereses de las transnacionales y los grupos económicos de poder local. Un ejemplo claro de esto son los artículos del 313 al 317 donde se deja abierta la posibilidad de privatización de los recursos estratégicos como las minas y el petróleo; o puede ser con los artículos del 244 al 246 donde se promueven las autonomías.

Acompañando el afinamiento del plano jurídico está el desarrollo de las instituciones del Estado como los ministerios para, a través de estos, influir negativamente en las dinámicas organizativas populares, fragmentándolas y haciendo que pierdan su independencia mediante la cooptación e “inclusión” de éstas dentro del Estado. Las políticas asistencialistas y las lógicas de cooptación desarman la organización popular, generando una ilusión de cambio enfocan al pueblo en luchas que no hacen daño al sistema como totalidad dominante, sino que lo relegitiman y lo hacen parecer más incluyente. Esta es la función de organismos como el MIES, Ministerio de Cultura, MIC, Secretaría de los Pueblos. Un ejemplo es la lucha contra la corrupción y la creación de las veedurías ciudadanas, donde se pretende enfocar a la gente de los barrios en esa “lucha”, despistándolos de la organización para reclamar por sus necesidades más urgentes.

2. Ideológico: Uno de los aspectos más influyentes en el plano ideológico ha sido la construcción del líder mesiánico personificado en Correa, el dirigente carismático y bacán que no le tiene miedo a la oligarquía y a la prensa corrupta, sino que la enfrenta valientemente. Correa representa además el paradigma de superación personal, el joven de clase media que a través de su esfuerzo llega a la máxima dignidad a la que se puede aspirar. Correa es el superhéroe norteamericano, guapo, honesto y con poder. Toda esta construcción tiene mucho que ver también con el afianzamiento del concepto de ciudadanía, de la anulación en el discurso de la existencia de las clases, y el horizonte pequeño burgués guía su camino. Pero sin duda lo que más influencia ha tenido en el plano ideológico es el posicionamiento de la idea de que estamos viviendo un proceso de cambio radical, una revolución. Los intelectuales burgueses –entre ellos su mayoría de la FLACSO y ex militantes de izquierda- han logrado construir una alucinación de cambio utilizando el aparato de Estado para influir en la concepción de la gente. La estrategia de comunicación y propaganda es dirigida sistemáticamente para confundir y construir el imaginario que el gobierno requiere para avanzar en su proyección política y económica. Basta recordar la sucia campaña contra los luchadores antimineros, las cadenas radiales de los sábados, las cadenas televisivas, el constante bombardeo publicitario, los slogans, etc. Este gobierno ha utilizado de manera inteligente el aparato de Estado para, con un análisis y una estrategia efectiva e hipócrita diseñada por los Vinicio Alvarado, Ricardo Patiño, Virgilio Hernández, Xavier Ponce, Gustavo Larrea, engañar y someter al pueblo fragmentando su organización incluyéndolo dentro del Estado y desmovilizándolo.

3. Militar: Este gobierno que proclama a los cuatro vientos su lucha por la soberanía y el respeto a los derechos humanos está promoviendo el perfeccionamiento y readecuación de los organismos de inteligencia y represión del Estado. Una muestra de ellos es la aprobación del Plan Libertador, que no es más que la autorización para interceptar o registrar cualquier conversación telefónica o de otro tipo que la policía considere peligrosa. El perfeccionamiento de los cuerpos de inteligencia con asesoría extranjera, la creación de nuevos cuerpos policiales, además de la implementación del Plan Nacional de Seguridad – cuesta320 millones de dólares- se conjugan en la conformación de un Estado policial que con una mejor apariencia busca someter de manera más rígida a los que “infrinjan la ley”.

Como vemos, el gobierno de Correa lo que ha hecho es recomponer y desarrollar el aparato de Estado, modernizándolo para afianzar su proyecto de poder. Su peligrosidad radica en el manejo inteligente y maquiavélico del Estado, en su verdadera utilización como un aparato de coerción, en su perfeccionamiento.

En estos momentos es una tarea fundamental de la izquierda revolucionaria desenmascarar el carácter de clase del Estado, los intereses que defiende y entender lo peligroso de la revolución ciudadana como herramienta de recomposición y profundización del capitalismo y la dependencia en nuestro país. Debemos defender las prácticas organizativas basadas en la independencia de clase, no es posible, ni estratégica ni éticamente, caer dentro de las lógicas de cooptación que desmovilizan y fragmentan. Desenmascarar, utilizando los más diversos métodos y en cualquier lugar, la mentira de la revolución ciudadana y posicionar nuevamente el discurso y la práctica de clase de la izquierda revolucionaria.

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